En casi cinco horas a David Nalbandian se le cumplieron varios sueños, ganarle al número uno del mundo Roger Federer (manteniendo una paternidad de 6 a 4), ser campeón de la Masters Cup de Shangai y posicionarse como número seis del planeta. Todo eso en un partido. Todo eso en un increíble encuentro en el que iba dos sets abajo 6-7, 6-7. Pero en el momento en el que cualquier otro jugador hubiera bajado los brazos, el menos argentino de los tenistas nacionales saco fuerzas de donde ya no hay y lo dio vuelta 6-2, 6-1. Faltaba lo más importante, cerrar el partido. Venía bien perfilado con un 4-0 en el quinto cuando se acordó que enfrente estaba Roger Federer, el ganador de los dos últimos Grand Slams y número uno del ranking atp. 5-6 abajo y otra vez a luchar, otra vez a sufrir. Los fantasmas de la derrota volvian merodear y cuando pensábamos que ya estaba todo perdido el Cordobés quiebra, obliga a tie break y por si fuera poco lo gana 7-3. Momento de pellizcarse y despertarse del sueño. David Nalbandian le ganó al mejor de todos en una final histórica e inolvidable.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario