SENSACIONES DISTINTAS, ¿REALIDADES PARECIDAS?

"Estoy feliz por cómo jugué pese a perder y a que no pude sacar como en los últimos torneos. Hace tres semanas no pensaba venir.....hice algunas cositas lindas, de a ratos jugué mejor que cuando era 3°......el ranking a mí no me importa, mi desafío es volver a los torneos grandes, en los challengers es difícil encontrar motivación....me encantaría, por lo menos, estar como sparring en la final de la Davis, tanto esfuerzo que hice, me merezco un poco de alegría”.
Estas, fueron las sensaciones de Coria, después de su derrota frente a Robredo.

“No es cómodo pasar un mal momento. No es grato estar viviendo esas sensaciones. No tengo respuestas y no quiero precipitarme a decir lo que se siento en este momento...soy yo, todo pasa por mí, por no estar completamente, por mi confianza. Este torneo para mí es importante, irme de esta manera me hace pensar demasiado.... hay que pensar las opciones que me pasan por la cabeza y analizar cuál es la más sana para mí. Así no puedo seguir.....es momento para pensar bien la solución. No me planteo el retiro”.
Esto, declaró Cañas, después de haber perdido ayer su partido de primera ronda frente a Odesnik.

En una primera lectura del caso, si nos guiamos por las sensaciones manifestadas por los dos jugadores, la situación de ambos parece ser muy diferente. Ahora, si tenemos en cuenta los resultados de los últimos tiempos, la misma se asemeja en muchas cosas.
Sin ánimo de ser extremista con un jugador que está 30 del mundo (aunque caerá cerca del puesto 50 porque defendía cuartos de final), la situación de Cañas es por lo menos llamativa. Si bien cualquiera puede tener una mala racha, lo raro es ver al de tapiales deambulando por la cancha sin convicciones como se lo vio últimamente y perdiendo partidos contra rivales, con los que, en una situación normal, no debería perder ni por casualidad. Y es mas raro todavía, si se tiene en cuenta que no vuelve de una lesión, sino que, contrariamente a lo que marca la tendencia de los últimos años de su carrera, en estos momentos lleva ya más de un año de actividad ininterrumpida desde su última vuelta, post suspensión por doping.
Hoy se ve una versión rara de Guillermo Cañas. Se lo ve sin motivación, sin una idea clara acerca de su patrón de juego (no hace la diferencia en la faceta defensiva como siempre la hizo, tampoco muestra variantes a la hora de atacar y buscar los partidos...), y por sobre todas las cosas, sin el hambre y las ganas de llevarse el mundo por delante que mostraba en cada presentación suya dentro del circuito. Quizás el inicio de la tercera década, y los más de 10 años en el circuito profesional, le estén pasando alguna factura. O quizás no, pero lo que es indudable, y según se deduce de sus propios dichos, es que este debe ser un momento de parar un poco la pelota y reflexionar acerca de cual es el verdadero motivo del bajón, por que de la manera en que está jugando, y tenindo en cuenta su personalidad y su estirpe ganadora, de esta manera no le deben dar muchas ganas de seguir.
Ojala sea solo una mala racha y que los buenos resultados, y sobre todo su espíritu combativo, aparezcan nuevamente. Si esto último aparece, lo demás vendrá solito.

Lo de Coria es diferente pero parecido. Parecido porque por mas que intente y que cada vez arrime un poco mas el bochín (?), los resultados le siguen siendo esquivos. Diferente, porque sus sensaciones son muy distintas (o por lo menos eso es lo que hace notar de la boca para afuera). A cada traspié, el mago siempre le encuentra el lado positivo, y lejos de calentarse o tirarse abajo, derrocha optimismo. Esto es bastante lógico si se tiene en cuenta que estuvo ausente de las canchas por más de un año, y por ende, a cada regreso (y sobre todo el de hoy), lo toma como una especie de nuevo debut. Ahora, si se quiere, también se puede hacer la lectura pesimista: ¿como puede ser que un tipo que supo ser Nº 3 del mundo, que llegó a final de Grand Slam, que tiene torneos de serie master en su haber, soporte perder contra cada paquete que se le ponga en su camino?
Bueno, Coria prefiere tomar partido por la primera postura y ver siempre el vaso medio lleno. Y no está mal. A su favor cuenta con que solo tiene 26 años, mucho por ganar (mas mal de lo que le fue desde fines del 2005 para acá no le puede ir) y una fuente inagotable de talento, factores para nada despreciable en un circuito tan competitivo.
En contra, las ansias de resultados que demuestra en cada partido, lo que lo lleva a apurarse en muchas oportunidades y querer ganar de manera inmediata; el saque, al que todavía parece no haberle encontrado solución; y la flaqueza mental que viene arrastrando desde los últimos tiempos y que le genera demasiadas inseguridades y un miedo escénico difícil de sobrellevar (ayer dió un paso adelante al jugar en la cancha central de Rolanga, con buena cantidad de público).

Pregunta final para reflexionar (?).

¿Cuál de las dos situaciones es más reversible? ¿Es mas probable que Cañas vuelva a ser top ten o que Coria se meta entre los 50 mejores?