FEAR AND LOATHING

Mi copa davis empezó el jueves, si bien todos queríamos desde hace semanas que el duelo empiece ya y que la hora señalada era el viernes 21 a las 13 hs, para mí todo empezó el día antes. Era un jueves normal, como cualquier otro, ya estaba casi cumplida mi jornada laboral cuando aparece un amigo de un amigo de un flaco que trabaja conmigo. Un poco desgarbado y borrachín, este personaje, venía con una historia particular. Resulta que había viajado desde Tucumán para ir a Mar del Plata a ver copa davis, pero en la puerta del bus hacia la ciudad felíz se había peleado con el hermano. En un momento estabamos todos sentados departiendo comodamente cuando el tipo dice que era proabable que su hermano no vaya y que la otra entrada era para quién quisiera acompañarlo, saca del bolsillo un recibo de 5100 pesos por las dos entradas y una firma del presidente de la federación tucumana de tenis(confirmo con mi compañero de laburo que esto era verdad). No había ninguna duda que el copiloto sería yo, que inmediatamente estaba más ilusionado que un niño. Los minutos pasaban, y aunque la posibilidad era concreta no terminaba de confirmarme, se sucedian las llamadas telefónicas que acababan a gritos, y un whisky que cada vez tenía menos líquido en su interior. El borrachín deambulaba, quería chamuyar alguna que otra señorita que salía espantada, pero poco me importaba, ya que este ya molesto tucumano tenía una entrada (un abono con hotel incluído para ser exactos) a mi felicidad. Pero las cosas se empezaron a poner más espesas, yo ya me imaginaba en un viaje estilo pánico y locura en las vegas con este demente, hasta que en un momento se mete a un baño, se escucha que golpea la puerta. Y a los pocos minutos la voz de un amigo diciendo "tranquilo, tranquilo" con tono de pocos amigos, me acerco al lugar y veo que lo tiene agarrado contra una pared, voy a ayudarlo y veo que le sangra la parte superior de la nariz. El corte se había producido por un cabezazo de este pelotudo con plata que me hizo ilusionar. Después de hacerle entender un par de cositas, lo tiramos a la calle. Adiós a mi ilusión, adios copa davis, adios Mar del Plata. Fue sólo un oasis en el desierto, pero cuando llegas al lugar ves sólo arena. Uno en tucumán y el otro seguramente en cana, hay que ser pelotudo para tener tanta plata y disfrutar tan poco de la vida.